Franco Acosta ganó un nuevo título, el FEDELATIN de la AMB de la categoría crucero. Lo hizo a su manera. Esperando el momento oportuno para tirar y dar en el blanco. Así noqueó en tres rounds al ecuatoriano Jean Carlos Mina. Gran concurrencia en el Polideportivo Islas Malvinas.
Por Sebastián Arana
Se equivocaron con el apodo de Franco Acosta. Podrá tener el coraje o la fuerza del León, no está en discusión. Pero al púgil marplatense, campeón argentino de los mediopesados y ahora también titular FEDELATIN de la AMB dentro de los cruceros, debieron bautizarlo como el “Francotirador”.
En una noche feliz para él trabajó y resolvió su pleito ante el ecuatoriano Jean Carlos Mina con la paciencia y la eficacia de un tirador silencioso que prepara la escena para efectuar su disparo mortal. Y, una vez más, no falló. El hijo del gran “Siru” noqueó en tres rounds, prácticamente, con una sola mano. Así engrosó su invicto a doce triunfos y nueve definiciones por la vía categórica.
El público que acudió en gran número al Polideportivo se preguntaba qué pasaba con Acosta en los dos rounds iniciales. Prácticamente no sacó golpes en ese lapso. Calculó distancias, amagó, finteó, probó alguna que otra mano de un rival que salió con el mismo plan. En una palabra, estudió.
Mientras su aparente pasividad levantaba algún murmullo dentro de un público que siempre quiere acción, el marplatense elegía la plataforma de tiro, montaba el trípode y calibraba la mira. Y en el tercer round, más decidido, salió a imponer el ritmo y a provocar algún error. A generar un buen blanco. Cuando lo encontró, ¡bang!
Un gancho de izquierda al hígado dobló en dos a Mina. El ecuatoriano, sin aire, empezó a derrumbarse con la boca abierta y una nueva izquierda, menos potente y precisa, a la cabeza, acompañó su caída. Tardó más que un par de minutos para levantarse, mientras el Francotirador festejaba un nuevo trabajo, limpio y prolijo, subido al encordado.
Una nueva definición inteligente y contundente de un noqueador calculador y astuto que empieza a necesitar rivales un poco más importantes en su horizonte.
Sin dudas, después de la noche del viernes, habrá más festivales así en el Polideportivo. Porque el público cubrió un gran porcentaje de las ubicaciones habilitadas para la ocasión. Un par de horas antes de que Acosta subiera al ring ya no había lugar para estacionar a varias cuadras a la redonda. Alrededor de tres mil personas vieron en acción al prometedor campeón marplatense. Y todos los detalles estuvieron cuidados.
¡Ezequiel Acosta destruyó a Jean Carlos Mina y sumó otra corona en Mar del Plata!
Fue KO 3 para el campeón argentino semipesado, que lo derribó en el 3ro y sumó el título fedelatin crucero @WBABoxing.
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— Boxeo de Primera (@BoxeoDePrimera) August 13, 2022
Los otros créditos locales estuvieron a la altura en las peleas complementarias. El debutante super liviano Franco Demassi se impuso por nocaut técnico en el cuarto round a Rogelio Javier y Leonel Avila volvió al triunfo imponiéndose por puntos en decisión unánime al crucero Facundo Sanabria, que tuvo que pasar por una cuenta de protección en el cuarto round.
La de “Fachín” fue la única pelea profesional de la noche que llegó al máximo de su duración. Por lo demás, el súper liviano Ignacio Iribarren venció por nocaut técnico en el tercer round a Luis Mato y, dentro de la misma categoría, el invicto Alan Chaves se impuso por la misma vía, en el primer round, a un muy precario Martín Matamala.
En el semifondo, mucha suerte tuvo el súper pluma platense Ayrton Giménez con Lucas Montesino. El invicto, más rápido y dueño de un mejor bagaje técnico, fue sorprendido en el primer round y derribado por una derecha cruzada a la cabeza. Logró levantarse y, sobre todo a partir del cuarto round, imponer el ritmo del combate. Pero dio la sensación de que le dolieron todas las manos que logró conectarle su empeñoso adversario. En el octavo, un choque casual de cabezas cortó a los dos boxeadores y el árbitro recurrió a las tarjetas.
La decisión técnica arrojó un fallo unánime favorable al platense, que estiró su invicto a dieciséis combates. Pero los aplausos se los llevó Montesino, cuya espontaneidad para declarar le terminó de ganar el corazón de la mayoría. “Él es muy buen boxeador, me gustaría una revancha, pero que por favor no corra”, dijo entrevistado por la televisión ante la carcajada generalizada de la concurrencia. Fue el detalle más simpático de una velada que, dado su éxito, seguramente tendrá réplica.